Pedro: pronipote de italiani, bisnieto de italianos
- mpesce1962
- 1 jul
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Pedro es descendiente de inmigrantes italianos y de vascos, vaya mezcla!!!.
Según Harari si vamos siglos hacia atrás en el tiempo, todos venimos de África oriental, hay que irse 200.000 o 300.000 años para llegar al origen del homo sapiens.
Como todo descendiente de inmigrantes, siempre en su casa escuchó hablar con nostalgia de aquel lugar de donde vinieron sus ancestros. Incluso, en el lenguaje familiar, aún después de más de 100 años de vivir en Uruguay, se conservan palabras y modismos de aquella lengua madre. En el Río de la Plata se conserva el idioma de origen a través del lunfardo.
Durante los últimos años - familiarmente - se empezó a gestar la idea de volver a Italia, y bueno, finalmente se concretó. Pedro acompañado de sus hijas más chicas planificaron minuciosamente el viaje y decidieron visitar destinos como Milán, Venecia, Florencia, San Geminiano, Volterra, Siena, Riparbella, en fin, un sinnúmero de pueblitos de la Toscana para pasar por Pisa y seguir hacia Cinqueterre, Portofino; San Remo; Mónaco, Génova, CALIZZANO (de donde se fueron sus antepasados para el Río de la Plata), y finalmente Roma.
Llegados a Italia, al pisar tierra italiana, como bien le habían anticipado Segundo y Esteban, dos amigos, lo primero que invadió a Pedro fue esa sensación de "yo soy de acá", no se sintió extranjero, todo le resultó familiar, la fisonomía de la gente, la gastronomía, las costumbres, todo.
Pero esto no es una crónica de viaje, sino que nos vamos a concentrar en una ciudad, la última noche y un hecho concreto, concretísimo, EL ROBO EN LAS INMEDIACIONES DE LA PLAZA SAN MARCOS (VENECIA), DEL CELULAR DE PEDRO.
Las advertencias antes de viajar son grandes respecto de los robos en la modalidad de carteristas, o pickpocket, como aparece en las redes. Sin embargo la majestuosidad de Venecia, del Palacio Ducal, de la plaza San Marcos, de los espectáculos musicales que al atardecer se van turnando para no solaparse con su música en los bares y restaurantes que rodean la plaza, hacen casi imposible no quedar extasiado, fascinado, y por tanto inerte frente a una síntesis de lo que es nuestra cultura, la cultura occidental judeocristiana.
Y fue en ése contexto, en ése instante de bobera o descuido, en el camino desde la plaza hasta un restaurante en las inmediaciones, por una de esas calles angostas por las cuales caminan miles de turistas, donde Pedro fue robado. En una carterita que colgaba del su cuello, -como llevan todos los turistas - Pedro llevaba sus tarjetas, algo de dinero en efectivo, algún documento (no el pasaporte), Y EL CELULAR. En esa caminata la cartera fue sigilosamente abierta, no sabe bien cómo, presume que en algún momento en el que la gente se agolpa y allí aprovechan, y fue así como Pedro se quedó, en Venecia, sin su celular.
Pocos días antes de viajar Pedro, en Montevideo, en una esquina muy conocida y transitada, a las 3 de la tarde, una moto subió a la vereda, Pedro estaba hablando con su celular, el motociclista le pegó y le robó el celular, a plena luz del día rodeado de gente.
La solidaridad uruguaya funcionó y rápidamente le prestaron un celular para que bloquease el suyo. Junto con las personas que lo asistieron Pedro llegó a la conclusión que no valía la pena denunciar, porque nada iba a hacer la policía, por más que le dijesen el lugar dónde se encontraba el celular, la respuesta sería " a esos barrios no entra la policía". Esa es nuestra realidad. La policía dice: "tuvo suerte, menos mal que no lo lastimaron, podría haber sido peor", pero solución ninguna, burocracia de sobra, primero denuncie y después vemos, y las denuncias pueden llevar horas, horas para nada .....
Como bien sabemos el robo del celular hoy en día es una vejación, la vida de las personas están contenidas en los celulares, son una prolongación de lo humano, el celular pasó a ser una dimensión adicional de lo humano, más que un simple aparato de comunicación; hasta permite la bilocación o multi-locación de las personas, esto es estar en muchos lugares al mismo tiempo. Otro mundo, y quizás a partir del 20/11/2022, fecha en que el mundo conoció IA, hayamos entrado sin haberlo registrado conscientemente en otro nuevo mundo.
Los antepasados de Pedro dejaron Italia desde Génova subidos en un barco, sin más comunicación que cartas manuscritas, hicieron un viaje de 30 o más días para buscar una vida mejor en Sudamérica, en el Río de la Plata, en Uruguay, en Paysandú. Se llevaron de Italia el oficio de panaderos y por más de 100 años lo ejercieron y vivieron de ello.
Pedro es cuarta generación, por tanto se crio en Uruguay, y en cierta forma está empapado de la cultura "uruguaya", de la "resignación uruguaya", de esa suerte de impotencia que a veces nos recorre, nos atraviesa. Queda en Pedro algo del espíritu de inmigrante, esto es una categoría del alma que tiene un potencial en el individuo que lo vuelve casi invencible.
Frente al robo del celular, Pedro no supo cómo responder, pensó en denunciar, pero acostumbrado al Uruguay, donde las denuncias quedan en el olvido de un archivo de word en algún sistema perdido de alguna comisaría que forma parte de un ministerio que no funciona, no se sabe bien porqué, se preguntaba si valía la pena denunciar, recurrir a la policía. Sin embargo sus hijas, con otro espíritu distinto entraron en acción. No fue solamente la juventud, sino la determinación en el actuar, quizás algo de ese espíritu rebelde del inmigrante de sus ancestros les haya tocado por genética, lo cierto es que rápidamente encontraron el camino de la mano de la inteligencia, de la tecnología y se pusieron manos a la obra. Primero localizaron el celular, luego trataron de seguir a los ladrones, los que al sentirse perseguidos se alejaron del centro turístico de Venecia hacia la periferia. Es ahí cuando las hijas deciden recurrir a la policía cuya oficina está en la plaza San Marcos en la planta baja del Palacio Ducal. En Italia la policía se desdobla en dos, 1) la POLIZIA DI STATO, y 2) los famosos CARABINIERI, vaya para ellos el mayor respeto y gratitud de Pedro.
Llegados a la oficina, las hijas de Pedro golpean, les abren, plantan el problema y en una primera instancia parecía que nadie se ocupaba de nada, pero de pronto empiezan a aparecer agentes de policía, carabinieri, y todo empieza a andar. Al mando del grupo estaba la oficial Vice Comm Bárbara Polato, jóven, delgada, de pelo morocho, rasgos armónicos, profesional, con actitud, que es quien toma el mando. Pregunta cómo fueron los hechos, dónde, si había alguna sospecha de algo, y luego las hijas de Pedro le muestran la ubicación del lugar donde según la aplicación de rastreo del celular marcaba que estaba en ese momento. Ya estaba lejos del centro de Venecia, en una isla bastante más lejos.
Por un momento vuelven a quedar solos Pedro con sus hijas, no daban mucha información.
De pronto vuelve Bárbara Polato y le habla a una de las hijas de Pedro, y explica a todos que encontraron a los posibles ladrones. Bárbara con una mano miraba el celular de la hija de Pedro y con la otra mano hablaba con su par del distrito donde se encontraba el posible delincuente. En de terminado momento le dice a a la hija de Pedro, cuando te diga lo haces sonar, y dio la señal..... se hizo un silencio, la hija de Pedro lo hizo sonar varias veces, luego Bárbara miró la familia víctima del hurto y le dijo a Pedro: "tenemos su celular".
Fue tal la emoción que experimentó Pedro que perdió el habla, apenas con un hilo de voz pudo decir en una suerte de llanto atracado: "non posso parlare, grazie mille" , y Pedro, que no había hablado mucho italiano, fue lo único que pudo decir en la propia lengua de Bárbara Polato como homenaje a semejante mujer.
Pero no termina aquí. Ya estábamos cerca de la medianoche.
Venecia vivía un momento especial, estaba especialmente efervescente. La boda del fundador de Amazon, Jeff Bezos, con Lauren Sánchez alteró durante tres días a Venecia, dividida por el impacto de este evento en una ciudad ya abarrotada de turistas pero que esperaba sacar rédito de los festejos. La ceremonia fue el punto culminante de una semana de fiestas, entre superyates e invitados famosos. Bezos (61) y Sánchez (55), ya casados por lo civil en EE.UU., intercambiaron anillos y votos matrimoniales en la isla de San Giorgio Maggiore.
El viernes, los canales de Venecia se llenaron de pulidas lanchas motoras que transportaban a estrellas de Hollywood, millonarios y a Khloé Kardashian con una capa de plumas rosas mientras se dirigían a la boda de Jeff Bezos con Lauren Sánchez. El sábado fue el turno de decenas de agentes de orden público a pie, en barco y en esquíes acuáticos.
Bárbara Polato le informa a Pedro que venía una lancha de la policía que los llevaría por el gran canal de Venecia a buscar el celular al lugar donde estaban detenidos los ladrones. A los pocos minutos fueron al muelle, llega la lancha manejada por Marco, otro oficial de policía que disfrutaba lo que estaba haciendo, estaba comprometido con su trabajo, era otro profesional, de muy buen carácter. En la lancha vino un camarógrafo que en todo momento filmaba el procedimiento. Pedro pensó que eso era por temas de garantías en el procedimiento policial, sin embargo más adelante les contaré el rol que cumplían esas cámaras. En la lancha suben Bárbara Polato, Pedro y sus hijas y otros oficiales que acompañaban. La lancha emprende su marcha rápidamente y Marco, como si fuese un guía de turismo, con gran humor, le muestra a esa familia de uruguayos víctimas de un hurto, pasando por su lado, el yate del hermano de Bezos valorado en 250 millones de euros, también el de Michael Jordan, ambos habían venido al casamiento de Bezos (el creador y dueño de Amazon).
Luego de un viaje de una media hora llegan finalmente a las afueras de Vencia y se dirigen a un puentecito que unía dos orillas de un canal con agua, cerca de una terminal de ómnibus, donde la policía tenía detenidos a 3 o 4 personas por diferentes asuntos. Uno de ellos era el de una mexicana que viajaba junto a su amiga, ésta (su amiga) se enojó o discutieron por quién pagaba las cuentas y le tiró la valija al agua, aquello era surrealista.
Del medio de ese embrollo emerge Bárbara con el celular en la mano y le dice a Pedro, ponga el pin, debo confirmar que el celular es el suyo. Obviamente que lo era y Pedro de funde en un abrazo de agradecimiento con Bárbara.
Resulta ser que Italia en sus centro turísticos está siendo invadida por delincuentes comunes de países cercanos que simulando ser turistas vienen y se convierten en lo que nosotros en Uruguay llamamos "pungas", arrebatos y hurtos de celulares, de tarjetas, en fin, son una verdadera plaga. De ahí todos los problemas que existen con los inmigrantes.
En el caso concreto de Pedro fueron una pareja de rumanos, quien tenía el celular en el momento que los aprendieron era la mujer, igualmente marcharon los dos.
De aquí en más Pedro ya había recuperado su celular, y restaba aún toda la parte legal del procedimiento, por tanto en 2 lanchas, en una Pedro y sus hijas, Bárbara Polato y otros oficiales, en la otra los ladrones acompañados de otros oficiales, fueron todos al edificio central de Policía.
Ya había pasado la medianoche.
Al llegar se encuentran con Tiziano Marinelli- (el fantástico según sus compañeros), un oficial de muy buen carácter, inteligente, con manejo de idiomas, inglés, español y por supuesto italiano. Fue con él que Pedro hizo la denuncia de robo, PERO DESPUÉS DE RECUPERADO EL CELULAR, NO ANTES. primero actuaron, lo recuperaron y después se hizo la denuncia.
En medio del trámite aparece un argentino, un hermano argentino cuyo nombre ni Pedro ni sus hijas preguntó, pero que los invitó con café y agua. Pedro quiso pagar, pero este argentino le dijo a Pedro: "esto lo paga la producción del programa, esta noche eres la estrella de mi programa, que se llama "Alerta aeropuerto" y en la noche de hoy todo lo acontecido con tu celular pasó a ser material del programa" .
Ésa era la razón por la cual las cámaras filmaban todo, tanto a Pedro como a los ladrones y los acompañaban en todos los trayectos, menos cuando declaraban.
Una vez hecha la denuncia, ya entrada la madrugada, Pedro y sus hijas no sabían como volver, y entonces Bárbara Polato, tuvo el buen gesto y en un acto de humanidad asumió la responsabilidad de que nuevamente la lancha los llevase a la plaza San Marcos. Ya estaban todos fuera de hora, sin embargo la actitud de Bárbara fue muy humana. Los acompañó al muelle, dio la orden diciendo que cualquier cosa era bajo su responsabilidad.
Il viaggio di ritorno.
Ya entrada la madrugada Pedro y sus hijas acompañados de los oficiales de la policía, en una hermosa lancha, volvió a moderada marcha por los canales, en un paseo inolvidable por el gran canal de Venecia. Incluso los policías, que ya habían terminado su jornada laboral, amablemente explicaban qué era cada edificio. Casi todos hablaban inglés.
Sostiene Daniel López Rosetti que las emociones fijan los recuerdos. Esa noche en Venecia fue un verdadero terremoto de emociones, y los hechos acontecidos en medio de ese terremoto emocional quedarán indeleblemente grabados en la memoria de Pedro y sus hijas para la eternidad, como también quedaron grabadas las caras de Bárbara Polato, (dos de sus oficiales cuyo nombre no preguntamos), Marco y Tiziano Marinelli - EL FANTÁSTICO.
A titolo di conclusione
Este hecho pone de manifesto la importancia de lo humano, de no perder de vista la frase bíblica "yo soy tú" como dice Leonardo, ponerse en el lugar del otro, y buscar juntos una solución. En este caso tuvo un final feliz, pero la actitud con la cual se trabajó hace que se lleve todo hasta el extremo de lo posible.
Lo segundo es la importancia de la inteligencia y la tecnología en el mundo de hoy. Hasta para ser "chorro" se necesita estar preparado. Supieron o fueron hábiles para robar, pero la tecnología, el conocimiento los superó. Pensaron que con apagar el celular alcanzaba. Afortunadamente no fue así.
Por último, al haber sido Pedro víctima de 2 robos de celulares en un mes, se pone en evidencia la enorme diferencia en las actitudes de dos policías de distintos países.
Una de ellas la uruguaya. Para la policía uruguaya nada se puede hacer, primero los papeles, haga la denuncia así llevamos la cuenta, y luego la resignación. Parecería que los malos tienen siempre el triunfo asegurado. Actúan con indolencia, sin ganas, resignadamente.
La policía italiana todo lo contrario, primero actuaron, procuraron recuperar el celular, lo recuperaron, lo devolvieron, detuvieron a los ladrones rumanos y después se sentaron a hacer los documentos. Lo hicieron con actitud, con vocación, (voz interior), con entrega.
En esta oportunidad el bien le ganó al mal, la diferencia es la actitud de las personas.
La pareja de rumanos quedó detenida esperando la resolución judicial de deportación.
Sobre las 2.30 am de la madrugada del día siguiente Pedro y sus hijas retornaron al apartamento de Venecia con un Aperol embotelladlo para festejar.....



Muy bueno... !!! Al principio me parecían demasiadas las coincidencias...