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La tarde continúa en el “Bar Sport”, otros pensamientos, otras ópticas para las mismas preguntas

  • mpesce1962
  • 4 dic 2023
  • 12 Min. de lectura

Actualizado: 4 dic 2023

Pedro continuó trabajando en su casa, el Bar Sport.

La tarde continuaba, el sol caía en la ciudad, el día iba perdiendo su fuerza, su luz, y los colores perdían su brillo. En dirección opuesta en su cabeza los pensamientos generaban más y más interrogantes. Pedro buscaba incesantemente más luz y brillo para sus ideas.

Rosmarie lo había dejado pensando - como siempre - en lo que es la esencia de la naturaleza humana.

De pronto ve llegar al “Bar” a un personaje muy particular, dice haber sido “director de un plato volador”, porsupuesto que lo dice en broma, como tantas verdades que se dicen en broma. ¡¡¡¡Era ni más ni menos que Tales!!!!

Tales, en un tiempo no muy lejano, solía frecuentar esta zona de Montevideo y precisamente el Bar Sport, en ese momento en que estuvo al mando de uno de los “14 platos voladores” que componen este querido País.

Pedro, con enorme alegría lo ve venir y le grita emocionado: ¡¡¡¡¡jefe!!!!! ¡¡¡Querido Tales!!!, y como solían preguntarse siempre: ¡¡¡Cómo anda señor director de este plato volador!!!??

Luego de los efusivos saludos, que no hacen otra cosa que demostrar la clase de amistad y cariño que los une, podríamos decir el amor que los une, amor en sentido amplio, como definían los griegos al amor, al que le reconocían al menos 4 clases de amor. Pero eso quedará para otra charla…

- Pedro: Querido Tales, cómo estás tanto tiempo. ¿! ¿¡Hace mucho que no te veía por acá!?


- Tales: Muy bien y tú, lo que sucede Pedro, es que cada vez me cuesta más venir del este, lugar donde tú sabes que resido; esa zona del país tiene algo especial, sus paisajes, su aire, en fin, es un paraíso. Aunque ya no es lo que era, ahora es una gran ciudad, con una población permanente muy superior a la de antes, todavía sigue teniendo esa magia que la hace única.


- Pedro: tú sabes Tales que, a primera hora de la tarde, me visitó en la mesa 33 Rosmarie, una psicóloga que cuando se arrima por acá, suelo consultarla sobre los temas que tanto hemos hablado. Hoy estuvo, y a la luz de las cosas que estamos viviendo en el mundo, la interrogué sobre: ¿Qué es la locura? ¿Qué son los fundamentalismos? ¿Cómo funciona la psiquis humana? ¿Cuánto influyen nuestros primeros años de vida en el decurso de la misma? ¿Qué es eso que tanto se habla de salud mental?


- Tales: ¡¡¡Upa Pedro!!! No has preguntado nada sencillo. Tráeme un whisky y algo para picar y conversamos sobre eso, ya es de tardecita y una picadita con un whisky me inspira.



- Pedro: voy Tales, pero a la vuelta quiero escucharte atentamente.

- Ya de vuelta: Soy todo oídos Tales.


- Tales: La Salud Mental, o lo que llamamos así, está íntimamente vinculada al “conócete a ti mismo” y a como se fue formando nuestra personalidad. Habrás advertido que vamos cambiando a lo largo de la vida, va cambiando nuestra manera de enfocar las cosas, los problemas se ven desde perspectivas distintas…es que son muchas las cosas que influyen en nuestra forma de reaccionar frente a los diferentes estímulos en las distintas épocas de nuestra vida… ¿Por qué ocurre eso? ¿Por qué es tan importante el conocerse uno mismo??



Tenemos que tratar de diferenciar (o tratar de saber) lo que viene ya desde nuestra constitución genética y por otro lado lo que recibimos como cultura externa y que también es importantísimo en cómo nos comportamos y en cómo pensamos. Es lo que llamamos el temperamento, que heredamos o con el que nacimos. Ese temperamento es el que nos acompaña muchas veces durante toda nuestra larga vida, ya nacimos con él. Y lo cultural que se nos va agregando, ¡¡así como el libre albedrío que también tenemos, muchas veces no logran cambiar ese temperamento con que llegamos al mundo…!!


La verdad es que poco importa si el temperamento es fundamentalmente heredado o dependiente de la constitución anatómica y fisiológica con que fuimos conformando nuestro cerebro. Es con el que vinimos al mundo y si llegamos a comprenderlo y lo que implica, también entenderemos como se va cambiando y que otras cosas juegan en la personalidad que vamos adoptando a lo largo de nuestras etapas de vida.

Hay distintos temperamentos: Unos lentos, pausados, débiles. Otros fuertes, rígidos. Otros más violentos, rápidos, fuertes. Otros vivaces pero fugaces…en fin, como ves hay muy distintos temperamentos con que uno llega al mundo…


Pero, por otro lado, como te decía, está lo que recibimos de cultura externa, de afuera, es el carácter. Que se nos va haciendo patente y vamos conociendo cada vez más a medida que transcurren los años.

Hay muy distintas modalidades de carácter (que vienen a insertarse sobre aquella base temperamental):

Está el tipo social, altruista, generoso, fundamentalmente preocupado por lo social.

Está el tipo religioso, místico, de moral firme, poco propenso al cambio, firme.

Está el individuo fundamentalmente económico, para él no hay prójimo, sino intereses.

Está el tipo político, con afán de mando y poder social, dominio sobre los demás.

Está la persona fundamentalmente estética, cultivador del placer espiritual (arte, poesía) o del placer sensitivo (sensorial, erotismo, sensibilidad). Afectuoso. educación, relación con el mundo. En fin, todo eso cultural se va agregando a lo largo de los años sobre lo temperamental.


¡Pero la complejidad de esto no tiene límites! A medida que vamos comprendiendo (en esto consiste el “conócete a ti mismo”) todo esto, nosotros ejercemos nuestro libre albedrío, lo que hace a nuestra personalidad algo impredecible pero forjada por nosotros mismos (si ejercemos nuestra libertad o libre albedrío). Por eso somos originales, únicos, irrepetibles. Somos temperamento, carácter y libre albedrío actuando juntos, influenciándose unos a otros y nosotros permitiendo que así sea. Como ves es muy complejo todo esto. Es decir, el resultado que se obtiene. ¡¡Y además se agregan otras complejidades, como si las anteriores fueran pocas…y vas viendo cómo se forja la salud mental!!


Agrégale la conciencia, las vivencias, el yo interior, ¡¡¡¡los reflejos condicionados que vamos adoptando a lo largo de la vida y la voluntad aplicada al comportamiento y tendrás la totalidad de la mente humana!!!!

En el caso mío, me manejo con esos conceptos, que parecen elementales, pero son verdaderamente complejos cuando uno trata de cumplir aquella máxima griega del “conócete a ti mismo”. Agrégale a eso las vivencias, la memoria, las percepciones, los sentimientos y emociones que surgen y tendrás un panorama nada sencillo de lo que es realmente la personalidad humana.


A mis casi 80 años, me animo a decirte que, si bien soy fruto del temperamento y del carácter, el libre albedrío es lo que ha primado en mí, porque así lo elegí y el sentirme libre es un sentimiento al cual agradezco diariamente ya que me permite una libertad espiritual estimulante y enriquecedora. Si naciera de nuevo, volvería a dejar que el libre albedrío sea quien enriquezca mejor mi personalidad. Otros pueden preferir otra cosa y son también respetables, pero siempre hurgando en su interior, para conocerse, comprenderse y vivir de acuerdo a sus convicciones. La personalidad no se enseña, se forja, la forja uno mismo sobre las bases del temperamento y del carácter…y educando y ejerciendo la libertad de pensar. ¡¡¡¡¡Qué bueno sería compartir estas reflexiones con Segundo y Julen en la mesa 33, hace tanto que no hablo con ellos!!!!!


- Pedro: Sabes Tales que Segundo y Julen me dijeron que a lo mejor venían. Ahora bien, todo lo que me dijiste sobre la naturaleza humana y el conocerse a si mismo de los griegos, va más allá. No sólo debemos conocernos a nosotros mismos, sino conocer también el entorno, y tener una percepción correcta de la realidad. Y todo ello no se consigue si no es en base a estudio, no es por revelación, es una lucha constante por abatir la ignorancia que nos habita. Si bien todos somos ignorantes de distintas cosas, debemos sentir la curiosidad de saber cada vez más. De lo contrario nos volvemos ignorantes y retrocedemos, y con ese retroceso humano, también retroceden nuestras instituciones, nuestra libertad, nuestro sistema democrático republicano, y vuelve la barbarie. En fin, cada vez es más necesaria la filosofía.


- Julen llegó en plena tertulia de Tales. Se puso al costado de Segundo que estaba parado. Ambos miraban la espalda de su amigo.

No será el de Mileto, pero nuestro Tales del Este, dice cosas muy sensatas, pensó Julen mientras se peinaba el jopo con su mano derecha.


- Carraspeó justo para que Don Tales les diera entrada.


- ¡Cómo están muchachos! Estaba tan entusiasmado con mis fundamentos que no noté que estaban detrás mío.


- Julen estaba ávido de tirar su proseo.

Estimado, Usted tiró un par de temas muy profundos, el del libre albedrío daría para varias tertulias, pero me quiero detener en la parte que refirió como el tema cultural. Lo que Ortega y Gasset describía como "las circunstancias" que si estuviera escribiendo las pondría entre comillas.


- Pedro no pudo evitar ensayar una sonrisa. Siempre que nombraban al ensayista español recordaba a su amigo fallecido, Marcelino. Su compadre le recordaba en broma, cada tanto, que le gustaban muchos estos dos autores; Ortega y Gasset…


- Explícate mejor, vasco, le dijo Pedro a su amigo casi en forma imperativa.


- Lo voy a hacer a partir de un artículo que he leído esta semana pero que data de hace un par de años. Daré un pequeño rodeo para llegar a la meta. Como les dije leí un artículo en el que varias organizaciones activistas afroamericanas, lograron en el 2021, sacar el monumento a Robert E Lee que había en Richmond, por su pasado esclavista.


- ¿El general de la Confederación en la guerra de la secesión? preguntó Segundo.


- El mismo. Nadie puede negar que la lucha contra la esclavitud debe ser una de las causas más nobles. Robert Lee que fue una de las mentes más brillantes y de los generales más lucidos y lúcidos de la historia, con perdón del juego de palabras, defendió el lado equivocado. Ningún ser decente puede, a la fecha, pensar distinto. Pero quienes hoy pretenden jugar a los bolos con sus estatuas, olvidan varias circunstancias.


- ¿Cuáles? Demandó Pedro.


- La primera; Abraham Lincoln le ofreció a Lee el mando de las tropas de la Unión y éste le dijo que si su estado Virginia tomaba partido por el norte aceptaría de buen gusto. ¿Acaso Lincoln le iba a dar el manejo de sus tropas a un esclavista consumado? Lo cierto es que Virginia adhiere a la secesión y Lee privilegia su condición de sureño. Obviamente, decide mal, muy mal. Otro dato, EEUU era por esos años casi una confederación en la que el ciudadano se identificaba primero con su estado y luego con el país. Alguna rémora queda hoy mismo, por ello se puede ser presidente perdiendo la elección general en función de la elección indirecta. Pero no me quiero ir por las ramas. La circunstancia mayor del saco del olvido es que Lee era tan esclavista como, Tomas Jefferson el fundador del partido demócrata o el propio George Washington. Don Tomas tuvo unos seiscientos esclavos para ser gráfico. Por tanto, de tirar los monumentos de los esclavistas deberían barrer con todos. Eso no es políticamente correcto, menos cuando las organizaciones que defienden los derechos afros en EEUU tienen fuertes vinculaciones con los demócratas.


- Amigos; Lee que fue un héroe de guerra en la lucha contra México, defendió al bando equivocado en la secesión. Eso es más claro que el agua clara. Nadie en su sano juicio lo discute, pero creo que no se repara en atender la cultura de la época o su relación con el mundo y la formación personal que recibió, diría Tales, y el hecho que la mayoría de las clases dominantes eran proesclavistas. Este es un tema que me apasiona porque soy muy crítico con los atropellos y vejaciones que han recibido los afroamericanos quienes hasta los años treinta del siglo pasado eran colgados como perchas en los árboles del sur. Pero analizar los hechos personales de los protagonistas de la historia, sin leer las circunstancias es como querer manejar un avión por saber conducir un auto.


- Pedro: claro Julen que las circunstancias nos condicionan, en eso todos estamos de acuerdo, sobre todo porque esos dos filósofos grandiosos que fueron según Marcelino Ortega y Gasset, siempre sostuvieron que no se debe analizar al hombre sin tener en cuenta las circunstancias que lo rodean, de ahí la famosa frase del “hombre y sus circunstancias”. Ahora bien, ¿tu piensas que si hubiéramos nacido en el mundo islámico seríamos musulmanes y adoptaríamos todos su sistema de creencias y valores?


- Segundo: ¡Madre mía! Rosmarie, Pedro, Julen y Tales. Esas cabecitas no paran. Hay que aprender de Tales que para evitar el recalentamiento se pide un “refrigerante”.


- Han quedado resonando vuestros dichos sobre el libre albedrio, el temperamento, la construcción de la personalidad, y el hombre con sus circunstancias. Rescaté del fondo de mi memoria un poema de Borges titulado Ajedrez.


- En este poema, Borges presenta al tablero de ajedrez en dos dimensiones: una histórica y otra metafísica. La visión histórica está sujeta al paso del tiempo; es una referencia a la dimensión fugaz de la existencia humana, en contraposición a la visión metafísica, que establece que el rito del juego es infinito, el tiempo consume a los jugadores, pero el ajedrez se mantendrá inalterado, revelando una dimensión eterna. En otras palabras, el tiempo gobierna la vida del hombre; el escenario donde se desarrolla su vida, lo trasciende.


- En otro pasaje del mismo poema, Borges plantea que “el jugador gobierna su destino”. Pero “el jugador también es prisionero de otro tablero”, “Dios mueve al jugador, y éste, la pieza”. Y este es el nudo de la cuestión que quiero poner arriba de la mesa 33: el libre albedrío confrontado al determinismo en las acciones humanas. Desde una perspectiva teológica, el libre albedrío viene a la defensa de dios. La existencia de un dios perfecto desde el punto de vista moral, que coexiste con la presencia del mal, se resuelve con el regalo divino de la capacidad de elegir libremente entre una vida moralmente aceptada, en armonía con dios, o en la utilización negligente de esta libertad, escogiendo una mala opción, con el riesgo de pagar un precio alto por la responsabilidad sobre los actos perversos. Esta argumentación tiene algunos problemas. La dificultad más evidente a la que se enfrenta la defensa del libre albedrío, desde una óptica teológica, es la existencia del mal natural en el mundo. Si el libre albedrío nos fue concedido con el riesgo de generar un mal moral, producto del uso de la libertad para tomar las opciones equivocadas, ¿qué sentido puede tener el mal natural?, entendido como la existencia de desastres naturales, enfermedades, muerte infantil, etc. Quienes resuelven este dilema diciendo que este mal natural es el castigo de dios por el pecado original, les resulta muy complicado contestar la siguiente pregunta: ¿cómo nos beneficia dios otorgándonos el libre albedrío a quienes somos juzgados de antemano por las malas acciones de nuestros antepasados? En definitiva, la pregunta esencial es: ¿somos realmente libres?


- Analicemos la perspectiva científica. La ciencia sugiere que cualquier acontecimiento tiene una causa previa; cada estado del mundo está determinado por un estado previo, que es, a su vez, el efecto de una secuencia de otros estados anteriores. Es la ley de causa-efecto. Entonces, si todos nuestros actos están determinados por una serie de acontecimientos que se remontan atrás indefinidamente, a una época anterior incluso a nuestro nacimiento, ¿cómo es posible que nos consideremos los auténticos autores de esos actos y de esas decisiones? El determinismo, concebido de esta forma, amenaza a la libertad, y a la noción de nuestro estatus de seres morales. En el otro extremo, ¿cómo es posible que un acontecimiento sin causa pueda no ser azaroso?, pues el azar resultaría tan incompatible con la responsabilidad moral, como el propio determinismo.


- Cada vez que nos enfrentamos a una encrucijada debemos decidir. Y como somos seres emocionales que razonamos, nuestras elecciones se definen en base a nuestros sentimientos, que están más próximos al determinismo, y se justifican por la razón, vecina del liberalismo. Francisco Bernárdez, amigo de Borges, lo expresa de esta forma: “después de todo he comprendido, que lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado”; las flores representan a la razón, y por su intermedio, el avance del conocimiento científico. Lo que está enterrado, son 4 millones de años de evolución de las emociones.


- El filósofo Isaiah Berlín, durante el siglo XX, establece una distinción entre libertad positiva y negativa. La libertad positiva está definida por principios que debe poseer el sujeto, como autocontrol, autonomía y capacidad para actuar de acuerdo con lo que racionalmente considere más conveniente. El sentido negativo de libertad resulta de la ausencia de restricciones externas o de coerción; somos libres en la medida que no existan obstáculos que nos impidan hacer lo que deseamos. Muchas de estas restricciones aparecen cuando nos topamos con la libertad de otro; es lo que los liberales denominan “principio del perjuicio”, que establece que debemos permitir que los individuos actúen de cualquier modo, siempre que no causen daño a otros.


- Queridos amigos, en menudo lio me he metido. Para lidiar con este plato volador invoco una vez más a Ortega y Gasset: “no hay nada más fecundo que la ignorancia consciente de sí misma”


- ¡Pedro! Necesito lo mismo que está tomando Tales…si a él le hace bien…


- Pedro: con gusto te lo traigo, ¿y a vos Julen el Champagne de siempre?


- Pedro antes de irse deja una interrogante: vayan pensando si ese individuo ideal del que hablamos, el que se construyó a sí mismo a través del “conócete a ti mismo”, el que supo ensamblar, amalgamar su temperamento, carácter y libre albedrío actuando juntos, influenciándose unos a otros, como dijo Tales, y además expandió su conciencia para llegar a su yo más profundo, ¿es ése el individuo que conforma hoy nuestra sociedad, o es un “rara avis” que existe sólo en nuestra mente?


- Nuestro sistema democrático republicano está pensado para ese ideal de hombre, pero creo que estamos muy lejos, y cada vez más, de ahí el fracaso y la decadencia. Los otros días un cliente me dijo: “el hombre debe refinarse”, ¡qué buen término! Refinar, hacer de una sustancia algo más puro, más perfecto, volverse un hombre más refinado, y eso me dejó pensando si nuestra sociedad va hacia ese lado o por el contrario apunta hacia el otro extremo. De ahí nuestra decadencia desde todo punto de vista. Cada vez usamos un lenguaje más reducido y decadente, la palabra es el vehículo del pensamiento y en algunos lugares casi que ha desaparecido, se hablan dialectos, el lenguaje se reduce a unas pocas palabras, y con el deterioro del lenguaje va también el deterioro del pensamiento, y con este último deterioro viene el de toda la persona. Nos distinguimos del resto de los animales precisamente porque tenemos razón, pensamientos, libre albedrío, eso nos eleva del resto de los animales, y cuando eso falla, cuando nuestra razón se vuelve decadente, nos volvemos menos humanos, y más animales, más salvajes, retrocediendo en la escala, primero como personas y luego como sociedad, en fin, abordamos el buque de la decadencia. No sé …. Charlamos luego, tengo que trabajar, se me llenó el boliche….


 
 
 

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